La Municipalidad de Salto anunció con entusiasmo la puesta en valor de diversas plazas de la ciudad, destacando los “nuevos mobiliarios, juegos y mucho color”. Sin embargo, una de las renovaciones generó sorpresa y fuerte polémica: la Plaza “Pueblos Originarios” fue pintada con los colores de la bandera de España.
En la imagen difundida por el propio municipio, se observa claramente un banco o estructura principal de la plaza, con la inscripción “PUEBLOS ORIGINARIOS”, decorado con las franjas rojas y amarillas características del pabellón español.
La elección de estos colores para un espacio dedicado a los Pueblos Originarios resulta, cuanto menos, desafortunada y contradictoria. España representa la colonización y el choque cultural que diezmó a las poblaciones indígenas de América, precisamente lo opuesto al espíritu de reconocimiento y reivindicación que debería tener un homenaje a los pueblos preexistentes.



